1. El préstamo con garantía hipotecaria es un contrato a través del cual la garantía del préstamo recae sobre un inmueble (como una vivienda o un local) y no sobre una persona. Es decir, pides el préstamo y la garantía de pago es tu vivienda: si no lo pagas, el que te ha financiado el préstamo podrá recurrir a tu vivienda que, en este caso, es la garantía de que vas a realizar el pago.
Lo más habitual, es pedir este préstamo para poder financiar la adquisición de fines que no son la compra una vivienda. Es por ejemplo la compra de un coche, un viaje, realizar reformas en la vivienda, etc.
2. La hipoteca es, depende del punto de vista del que se mire, una obligación de pago o un derecho de cobro. La hipoteca está vinculada a un inmueble determinado (vivienda, local…). Por lo tanto, si ese inmueble se quiere vender y no se cancela la hipoteca antes de realizar el traspaso, también la deuda se traslada.
En definitiva, con la hipoteca solicitas la financiación para comprar una casa y será la propia casa la garantía de pago.